Monday, March 13, 2017

PROYECTO BIBLIA DESNUDA 10

PROYECTO BIBLIA DESNUDA 10

EL CARÁCTER PERTURBADO, DISFUNCIONAL Y BIPOLAR DEL DIOS DE LA BIBLIA.
 
 
En el capítulo pasado mencionamos que el dios configurado en la Biblia es básicamente el resultado de una concepción infantil de un dios infantil para una cultura infantil. 
 
 
Y/o también, que estamos hablando de un dios primitivo, concebido por mentes primitivas, para ser utilizado con fines de control y dominio de pueblos primitivos.
 
 
Es realmente extraordinario, verdaderamente asombroso, ciertamente impresionante, que aún ya entrados con fuerza en el siglo XXI, y más de 400 años después de todo lo avanzado en conocimientos sobre religiones, sociología, ciencias, antropología, filosofía, e incluso, teología, la gran mayoría de las personas del planeta, especialmente las pertenecientes a la cultura occidental, siguen pensando que el dios originado a partir de la cultura hebrea y que más o menos –con algunas diferencias- es el patrón que rige las tres principales religiones monoteístas -judaísmo, cristianismo, e islamismo-, es una suerte de dios benevolente, sabio, amoroso, justo, bondadoso, todopoderoso, además en una magnitud infinita en todas esas características.
 
 
Cuando lo que la Biblia (y en gran medida, también el Corán) pinta, no es en absoluto así. El dios de la Biblia es un ser por entero diferente a lo que usualmente se cree. Como caracterizaremos a continuación, se trata de una deidad bastante menos amorosa, justa, sabia, benevolente, y coherente de lo que la inmensa mayoría cree.
 
 
¿Por qué?
 
 
Es decir, ¿por qué la inmensa mayoría de la humanidad, digamos que no ‘se ha enterado’ de la clase de dios que la Biblia retrata?
 
 
En nuestra opinión, en primer lugar, porque la inmensa mayoría de las personas de afiliación judía o cristiana no han leído la Biblia. 
 
 
O al menos, no lo suficiente, ni de manera independiente. Y normalmente, en muchas ocasiones, cuando se ha leído algo de ella, ya ha sido filtrada la lectura, o preseleccionada por sacerdotes, pastores, comentaristas, rabinos, que escogen lo que mejor convenga a sus fines específicos. Y la mayoría de las personas no pasan de allí. Se quedan fundamentalmente con los discursos en púlpitos, iglesias, catecismos, homilías, misas, sinagogas, talleres de formación, charlas, cursos, etc., que hablan del dios bondadoso, omnipotente, omnisciente, amoroso y justo hasta el infinito, etc. Por tanto, no se enteran de las ‘zonas oscuras’ de la Biblia que mencionan, además en enorme abundancia, a un dios mucho menos luminoso.
 
 
La segunda razón se encuentra en que algunas de esas “zonas oscuras” de la Biblia, que hablan de un dios terrible, sanguinario, guerrerista, criminal, destructor, implacable, lleno de odio, etc., han sido examinadas por las autoridades antes mencionadas y han ofrecido unas cuantas interpretaciones para ya sea, ocultar, o, justificar ante sus fieles, -no sin gran dificultad, o a veces, de manera infructuosa, pero que logra al menos distraer la atención o disminuir el problema- esas conductas absolutamente arbitrarias, bochornosas, patológicas, y verdaderamente bárbaras por parte de ese dios. Por tanto, se elaboran docenas de excusas y argumentos manidos a través de los cuales aparentemente se zanjan estos asuntos, y ya; queda todo arreglado para continuar creyendo en el ‘buen dios’ de la Biblia.
 
 
Pero todo cambia cuando de verdad empieza a leerse la Biblia con atención, cuidado, y sobre todo, libremente. Y he allí la razón por la cual los poderes religiosos se opusieron con tanto denuedo (¡durante más de 15 siglos!) a la lectura directa, libre y sin intermediarios de la ‘Santa’ Biblia. Denuedo que podía contener además terribles penas de muerte para quien lo hiciera. Pero aún hoy, muchos se oponen a veces directa, a veces subrepticiamente, a la lectura de la ‘sagrada escritura’. Aducen que “la Biblia no puede leerse sin la adecuada conducción de varones bien formados”. O que no puede captarse o interpretarse con propiedad el texto bíblico sin la ‘divina unción del Espíritu Santo’. Que adentrarse en la lectura de ciertos libros o pasajes puede ser muy complicado o contraproducente. Pues ¡por supuesto que puede resultar complicado o contraproducente para ciertos intereses de poder! A quienes no conviene que los ‘fieles’ se enteren de ciertas cosas, o se hagan ciertas preguntas… inconvenientes.
 
 
Leer unos cuantos pasajes de la Biblia, incluso si se hiciera de manera azarosa, pudiera conducir a darse cuenta de que el dios que según el dogma, inspiró esos textos a través del Espíritu Santo a unos cuantos escribas hebreos a partir del final del segundo milenio a. C., es un dios bastante antipático, temible y… peligroso. 
 
 
Es por eso que la palabra D I O S ha sido desprestigiada o tergiversada:
 
 
- Yahvéh/Dios, quien es presentado durante miles de años como castigador, vengativo, celoso, colérico, prejuiciado.
- El Dios de las Cruzadas contra el Islam.
- El Dios de los misioneros. Por cientos de años, a personas de diferentes sistemas de creencias se les llama paganos y de esta manera, indignos a los ojos de Dios. Su próspera vida social y cultural es primitiva y bárbara, según los cristianos y es un servicio a la mayor Gloria de Dios, destruir estas comunidades.
- El Dios de los cristianos, quien ordena, según sus ‘representantes’, combatir, destruir, masacrar, incluso a otros cristianos por no creer del mismo modo que ellos.
- Alá/Dios, quien hace que los shiítas asesinen sunitas, y viceversa.
 
 
La lista de crueldades y asesinatos en el nombre de Dios es infinita. Ud. no querría tener nada que ver con alguien semejante si fuera humano: un ser tan autoritario, desagradable y sin amor. Ese Dios debería ser sometido a la justicia en la Corte Penal Internacional de La Haya por crímenes contra la humanidad y por genocidio. Con razón más y más personas están teniendo una reacción alérgica a esta palabra con “D”.
Pero no las suficientes, desafortunadamente. 
 
 
¿Por qué desafortunadamente? Porque es este tipo de creencias, y las derivadas a partir de ellas, las que han creado un sustrato de intolerancia, separatismo, odio, desprecio, y a partir de allí, toda una suerte de patologías políticas, económicas, sociales, ambientales y de todo tipo que aún arrastramos hoy. Constituyen la base de la cultura primitiva en la que aún vivimos.
 
 
¿Y por qué aún no son suficientes? Por lo que apuntamos arriba: millones de personas no se han enterado de este carácter patológico del dios de la Biblia y de las creencias a su respecto. O simplemente, han aprendido a justificarlas por medio de una buena cantidad de excusas dogmáticas. 
 
 
Por citar tan sólo un ejemplo, suele decirse que dios es dios y por tanto, como tal, puede hacer con su creación como y lo que le plazca. Ya que para eso es dios. En otras palabras, dios puede hacer lo que se le venga en gana (siempre en base a lo que se le ocurra a sus intermediarios que escriben ‘escrituras sagradas’ o las ‘interpretan’).
 
 
Es el famoso argumento del ‘Dios alfarero’
 
 
Se trata del manido argumento que estipula que no somos nada ni nadie para cuestionar a dios, así como una olla no le puede reclamar a su alfarero, lo cual es tomado de Romanos 9:20, es decir, una ocurrencia de Saulo de Tarso -el llamado 'san' Pablo-, el verdadero originador del Cristianismo tal como lo conocemos:
 
 

Rom 9:20-23: “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria…”

 

A ello, cabría alegar:
  • Primero, no somos vasijas ni ollas.
  • Segundo, si se nos dio razonamiento y discernimiento es para que lo usemos, ¿no? La inteligencia y perspicacia que se supone nos dio Dios.
  • Tercero, si dios es dios, para qué necesita alabanza, seguimiento, o demostrar su poder a sus 'vasijas de barro'... ¿Qué colosal necesidad egoica tiene ese dios para necesitar tanta adoración y pleitesía?
  • Cuarto, ¿salvarnos? ¿Salvarnos de qué? ¿De las metidas de pata que él mismo cometió en su creación, según su misma Biblia? ¿Y cada solución más fallida que la anterior?
  • Quinto, al no convenir con esas soluciones fallidas y peor explicadas, entonces, ¿nos viene a amenazar con castigos y condenaciones, además eternas, por 'pecados' temporales? ¿Qué clase de libre albedrío y de justicia es esa?
  • Sexto, ese dios infantil y bipolar concebido por mentes primitivas, ¿no encuentra mejores soluciones que andar amenazando con muertes, castigos, lapidaciones, ejecuciones, fuego consumidor y fuegos eternos? ¿En eso consiste la sabiduría infinita de ese dios arcaico?
  • Séptimo, si todo eso es así, entonces eso no es un dios, sino un ridículo, malvado, ególatra y pocopoderoso ente demoníaco que no sabe qué hacer con su vida, sino amargarle la existencia a una fallida creación que él mismo hizo, en un apartado y nanométrico rincón del universo.


Por supuesto, estamos mencionando algunos dogmas, construcciones teológicas y nociones religiosas judeocristianas que quizá el lector no maneje. Por ejemplo:
 
 
  • - La noción de ‘libre albedrío’ concebida por el Cristianismo. Al cual nos referiremos extensamente en posterior ocasión.
  • - Las insoslayables y enormes necesidades o deseos de alabanza y adoración de ese dios.
  • - El dogma de la Salvación cristiana. Noción central, esencial, fundamental, del Cristianismo. Nos referiremos extensamente a él en posteriores ocasiones.
  • - El plan de la creación de dios. Una creación ‘perfecta’ y ‘buena’, en la que sin embargo, algo sale mal, y la creación se le va de las manos a ese dios… Entonces, surgen numerosos problemas teológicos de esto. Entre otros: un dios omnisciente, que todo lo sabe ¿sabía que algo ‘saldría mal’? ¿O no lo sabía? ¿Planificó todo así desde el mismo principio, o tuvo que improvisar luego de que algo no salió como él quería? Si algo no salió como él quería, ¿no lo pudo arreglar de una buena vez por todas? ¿O no podía por alguna razón? ¿No se supone que es todopoderoso? Y si intentó algunas soluciones drásticas, como la de exterminar a casi todos los seres vivos con un Diluvio Universal, ¿qué fue lo que pasó entonces? ¿Le volvió a salir mal el plan, o hubo algo no previsto? En fin; aquí hay mucha tela que cortar. También lo haremos luego.
  • - La condenación eterna en el ‘Infierno’, o en el ‘Lago de Fuego’, bajo atroces suplicios, que tiene preparado ese ‘amoroso’ dios para sus hijos ‘díscolos’, o para los que no hagan exactamente lo que él manda. O para quienes no acepten a su hijo a quien envió a arreglar lo que el padre hizo mal. ¿Qué clase de padre amoroso haría eso con alguno de sus hijos? Un padre terrenal puede castigar, y fuerte, no cabe duda, pero no para siempre, sino hasta que se corrija el error o el mal. Pero un ‘padre’ celestial de infinita sabiduría y bondad, ¿no sólo infligiría sádicos tormentos horrorosos y terribles, sino además por toda la eternidad? ¿Puede llamarse a eso, ‘amor’? ¿Puede llamarse a eso, ‘justicia’? ¿Es justo, es ‘justicia’ que ‘pecados’ temporales, finitos, sean ‘resarcidos’ con suplicios infinitos?
  • - La perfección moral, ética de ese dios. Se supone que dios es la perfección absoluta. Todas las virtudes en grado de perfección, además, infinita. Ya estamos viendo que eso está bastante en entredicho.
En fin, estamos observando que apenas nos introducimos en algo de algún detalle sobre las construcciones teológicas que se han elaborado a propósito de la Biblia, nos adentramos en un laberinto cada vez mayor de otras elaboraciones, creencias, dogmas, mitos y nociones, que tienden a complicar las cosas. Así que no queda más que invocar algo de paciencia y continuar nuestro estudio.
 
 
Sin embargo, digamos algo más para cerrar esta entrega. Una de las cosas que iremos descubriendo a medida que nos adentremos en el examen directo de la Biblia, en relación al punto que tratamos en este momento: el carácter y naturaleza del dios bíblico, es la característica absolutamente dual, dicotómica, y como decimos, esquizofrénica o bipolar de ese dios. Algo que no correspondería mucho que digamos con la entidad creadora y rectora del Universo que se supone perfecta, infalible e infinitamente coherente. Pero es que habrá que reiterarlo muchas veces: estamos hablando de la creación de mentes, de hombres, de sacerdotes y profetas de una cultura primitiva que pusieron por escrito las concepciones primitivas de su tiempo, herencia y circunstancias. Exactamente eso en esencia, con un montón de detalles, por supuesto. Uno de ellos es que ese dios tenía que ser, y de hecho, como veremos en citas bíblicas específicas, era o es la fuente fundamental de todo, tanto lo bueno como lo malo. Del bien, y también del mal (de hecho, en la cita de Pablo que colocamos arriba puede observarse este aspecto), de la luz y la oscuridad, del amor y la bondad, pero también de la furia, el odio y la venganza. Todo un
 
 
DIOS BIPOLAR
 
 
Es un Dios de dos caras, o un Dios esquizofrénico:
  • - Un Dios de Amor, pero que también es vengativo, criminal y castigador...
  • - Un Dios Padre, capaz de matar o poner a sufrir a sus hijos, incluso infinitamente...
  • - Un Dios que "no hace acepción de personas", pero tiene "pueblos elegidos"...
  • - Un Dios que dice ´"ámense los unos a los otros", pero también "maten y asesinen en mi nombre"...
  • - Un Dios que crea, pero también destruye...
  • - Un Dios Padre, -pero no una Diosa Madre-, que excluye a las mujeres...
  • - Un Dios amante, al que hay que "servir con temor y temblor"...
  • - Un Dios de paz, pero que fomenta las guerras...
  • - Un Dios que dice "no matarás", pero que mata, u ordena a sus "fieles" matar...
  • - Un Dios misericordioso, que por los 'pecados' de una corta vida, te puede condenar a sufrir suplicios indecibles eternamente...
Y así, ad infinitum... 
 
 
Es decir, un dios disociado, tiránico, contradictorio y asesino, pero al mismo tiempo amoroso, bondadoso, generoso y complaciente… sólo si hacías o haces lo que le agrada u ordena... Es decir, sí, perfecto, el perfecto chantaje, para justificar las conductas disociadas, tiránicas, contradictorias y asesinas de sus "seguidores"... 
 
 
Todo un perfecto y a juzgar por los resultados, efectivísimo extorsionador este dios. 
 
 
No está mal para mentes arcaicas y primitivas, ¿no?

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