Wednesday, November 01, 2017

PROYECTO BIBLIA DESNUDA 16.

PROYECTO BIBLIA DESNUDA 16

LA BIBLIA Y EL "PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS". I PARTE. 








Llegó el momento pues, de referirnos a este famoso personaje. Aunque no estamos haciendo un tratado de teología ni de soteriología (lo relacionado con la doctrina de salvación), sino haciendo un examen de los orígenes y consecuencias del mito de la Biblia como ‘Palabra de Dios’, es muy importante que lleguemos a este punto, puesto que en algún momento, todo desemboca en el famoso maligno ser que supuestamente truncó los designios de dios y condujo todo al desastre: Satanás el diablo.

                                          
Y es sumamente importante puesto que el estudio del mito del diablo nos lleva al menos a tres puntos centrales de la teología dogmática judeocristiana (sobre todo cristiana):



1) Satanás el diablo como una poderosa entidad opuesta a dios y enemiga del hombre, causante de la ‘Caída’, y origen del pecado y la muerte.


 2) Satanás como origen, causa y explicación del problema del mal.


 3) Para el Cristianismo, todo el sentido de la ‘salvación’ se refiere a la victoria sobre los designios satánicos. Jesucristo viene a la Tierra precisamente para “deshacer las obras del Diablo”.




Quienes crearon la Biblia que conocemos, es decir, las autoridades religiosas tanto judías como cristianas que redactaron, seleccionaron, compilaron, editaron, tradujeron, copiaron,  interpretaron y canonizaron los textos bíblicos, tuvieron que enfrentarse en diversos momentos al problema de explicar el origen y sentido del mal en la existencia humana, e intentar darle respuestas. Además intentando que el enorme corpus bíblico tuviese un sentido más o menos coherente en tal sentido.


Ahora bien, como veremos en las siguientes exposiciones, no existe un solo criterio en este tema en la Biblia –como no existe un solo criterio para ningún tema en estos asuntos- . Y ello por dos sencillas razones: primero, porque la Biblia es el resultado final –aunque no homogéneo, como ya hemos visto, que hay distintas versiones, traducciones, etc.- de un dilatado proceso de redacción, selección, compilación y formación que cuando menos duró unos 1800 años (si contamos desde los primeros intentos de compilación en el reinado de Josías +/- 600 a.e.C. hasta los concilios finales donde se decidió el formato definitivo de la Biblia católica en el siglo XV e.C.). En estos 1800 años, naturalmente hubo distintas etapas signadas por muy diversos contextos históricos que condicionaron los contenidos y modos de seleccionar los textos de las ‘escrituras’.


La segunda razón es que los modos de interpretar, traducir, seleccionar, reinterpretar y enseñar estos contenidos responden a muy diferentes intereses y visiones. En principio, dos; una, la del Judaísmo; otra, la del Cristianismo. Pero luego, como sabemos en cada corriente existen y han existido muchas otras sub-corrientes y con el pasar del tiempo, una enorme variedad de tendencias distintas. Contradictorias en muchos puntos, pero que han tratado de conciliarse forzadamente durante siglos. Con dudosos resultados.


En el caso del tema que nos ocupa, el del pretendido jefe de los espíritus del mal y los demonios de la oscuridad, Satanás el Diablo, y en relación a lo anterior, digámoslo de una vez de entrada:es muy diferente su concepción en el Antiguo Testamento, a la del Nuevo Testamento. Y además, es muy importante saber que en el propio Antiguo Testamento, la concepción de Satanás, a pesar de lo sumamente escasa y difusa de sus ‘apariciones’ allí, pasa también por distintas etapas y características. Y para comprenderlas hay que manejar algunas nociones básicas de la historia de la creación de la Biblia. A las que ya nos hemos referido, pero que reiteraremos aquí.


Ahora bien, antes de adentrarnos en esos muy importantes aspectos referidos a la evolución del diablo en la historia de la concepción y producción bíblica, permítannos hacer algunas consideraciones iniciales sobre los 3 aspectos mencionados antes en la importancia del diablo Satanás en la teología judeo-cristiana. Porque se trata de nada más y nada menos que la figura con la que se ha aterrorizado e impuesto una teología de terror a millones de creyentes de todas las variedades judeocristianas durante miles de años. Hasta el sol de hoy, cuando el monstruo terrorífico sigue haciendo de las suyas en las mentes de millones, por obra y gracia de los ‘representantes de dios’ en la Tierra. Esperamos que estas reflexiones contribuyan en gran medida a los propósitos de este proyecto: ayudar a liberar de dogmas primitivos, autoritarios, opresivos y disfuncionales a quien así lo requiera.



Y la idea central es la siguiente:



Toda la teología o teologías referidas a un ser espiritual maligno, adversario o enemigo de dios y el ser humano, llámese diablo, Satanás, Lucifer, Belcebú, Belial, demonio, serpiente, dragón, o cualesquiera otros apelativos, implica, nada más de entrada, la pérdida de todo el carácter perfecto, bondadoso, todopoderoso y omnisciente de dios. Inmediatamente. Es decir, implica la concepción del dios judeocristiano como un ser sin poder. O con menos poder del que se pretende. O cuyo poder está en entredicho, y que incluso, puede fallar. Porque implica, que a dios se le ocurrió un plan que de alguna forma le salió mal, se le fue de las manos, hubo algo imprevisto, inesperado fuera de lugar, ajeno a sus designios, y que para corregirlo (y ya nada más el hecho de corregir, implica un error, un fallo garrafal de entrada), tuvo que recurrir a algo sobrevenido, a una solución que no estaba en los propósitos iniciales; tuvo que ingeniárselas para ver cómo arreglaba el desperfecto, pero además, los sucesivos intentos de solución también resultaron desastrosos, y luego, miles de años después, fue que se le ocurrió una solución supuestamente definitiva –la de sacrificarse a sí mismo o a su hijo-, que en definitiva, tampoco es que ha resultado muy efectiva si a ver los resultados vamos. Es decir, las características todopoderosas, omniscientes y perfectas de dios se van al garete.


O, peor aún, si resulta ser, como dicen algunas teologías cristianas, que dios diseñó, concibió, planificó todo exactamente así desde el principio, y todo estaba previsto, incluidos Diablo, serpiente, Caída del Hombre, pecado, muerte, infierno, etc., etc., entonces quiere decir que ese dios es el ser más sádico, bochornoso, enfermo, psicópata, criminal, cruel, inmoral, infame y demoníaco que concebirse pueda. O mejor, dicho, así lo concibieron los escribas de ‘las escrituras’. Es decir, se van al demonio (literalmente) las doctrinas sobre su bondad, amor, misericordia y justicia infinitas.


No hay forma de escapar a esta dicotomía: o dios no previó que un supuesto ángel ‘perfecto’ de luz se le rebelaría y se convertiría en la perdición de su creación, sin poder hacer nada por evitarlo, por tanto, no sería omnisciente ni todopoderoso; o, así lo quiso desde el principio: crear un verdadero infierno en la Tierra de crimen, dolor, sufrimiento, pecado y desastres de todo tipo, todo con el fin de ser adorado por algunos ‘elegidos’ y para colmo, amenazando a su máxima creación, el ser humano, con una temporada infinita de suplicios indecibles en el Infierno metafísico, a quienes no se sometieran a sus designios (sin especificar detallada y claramente cuáles son, de allí las miles de religiones diferentes), bajo el influjo de un siniestro personaje diseñado precisamente para perderle; por tanto, no sería ni bueno, ni justo, ni misericordioso. En cualquiera de los dos casos, ese dios está en las antípodas de cualquier sentido de ‘perfección’.


Como sabemos muy bien que esto es un poco difícil de entender para las mentes adoctrinadas por el dogma religioso desde temprana edad, detallaremos algunos de sus aspectos por medio de una hipotética, pero muy plausible conversación entre un crítico del dogma y un religioso tradicional:



-         - Cuéntame cómo es posible que un dios bondadoso y perfecto, haya permitido la maldad en su creación y que un ser demoníaco pervirtiese todo…


-        -  En efecto, todo el mal en la tierra proviene del pecado. El pecado inducido en Adán y Eva por medio de la serpiente antigua que aparece en el Génesis, que no es otro sino Satanás, el Diablo.


-          - Pero, ¿cómo es posible que dios haya permitido, O CREADO, a un diablo…?


-         - No, no, Dios no creó al Diablo. Dios todo lo que creó, lo creó perfecto.


-        -  ¿Ah sí…? ¿Y entonces…? ¿De dónde salió ese tal Diablo? ¿Acaso existe otro dios u otros dioses que lo crearon a él?


-         - ¡No, hombre! Satanás era antes un ángel impoluto, un querubín perfecto, uno de los más altos seres de Luz y Sabiduría que Jehová Dios creó…


-        -  ¿Antes? ¿Cómo antes? ¿Existen los “antes” en el Reino de Dios? ¿Existe el tiempo en el ‘Reino de los Cielos’? Pero en todo caso, si ‘antes’ Satanás era bueno, ¿por qué se volvió malo? ¿Cómo es posible eso en medio de la perfección? Pero en todo caso, dios sabía que había creado al futuro Diablo cuando creó a Satanás. Si no, no es omnisciente. ¿Cierto?


-         - Bueno, la Biblia dice que fue a causa del orgullo, del deseo de ser como Dios, a Satanás o Lucifer como dice la Biblia, le entraron malos deseos en el corazón de ser adorado, o incluso sustituir a Dios. Y eso fue lo que lo hizo pecar y rebelarse contra Dios.


-     -     ¡Pero caramba! Entonces no entiendo, algo no cuadra… Satanás o Lucifer era un ángel perfecto, perfectísimo, ¿no?


-         - 


-        -  Y no sólo perfectísimo, sino según me dices, era un tipo de la más alta jerarquía angélica, un querubín, es decir, un súper arcángel lleno de luz, perfección, inmortalidad, sabiduría, bondad y poder… Y demás características angélicas divinas…


-        -  Sí, por así decir…


-       -   Y entonces, explícame a ver, ¿cómo demonios –ejem…- puede surgir la maldad, o cualquier forma de deseo ‘malo’ en medio de la perfección perfectísima…?


-        -  Surgió porque los ángeles también tienen libre albedrío…


-       -   ¡Aaaahhhh sí…! Ya salió a relucir lo del libre albedrío… (Por cierto, ¿dónde dice la Biblia que los ángeles tienen libre albedrío?) Volveré a eso en unos momentos… Pero insisto, ¿cómo pudo un ángel de pura luz, perfecto, impresionantemente sabio, divino, conocedor de la majestad de dios, e insisto de nuevo: perfecto –porque en medio de la perfección no puede haber nada que la viole, ¿no?, porque si no, no es perfecto en lo absoluto…-, concebir la idiota y estúpida idea de usurpar a dios? ¿Cómo un ser perfecto puede tener un ego tan violador de toda noción de ‘perfección’, como para tener deseos de ser adorado, reverenciado, o idolatrado en alguna manera?


-        -  Mmmmm… no te entiendo bien… Satanás quiso ser como Dios. Punto. Eso es todo.


-         - ¿Ser como Dios? ¿Y para qué? ¿No era en cierto modo como dios ya? ¿No se supone que era uno de los ángeles más poderosos, iluminado, pleno de todas las bondades y poderes divinos que imaginarse pueda? ¿Qué beneficio le faltaba? ¿O acaso le faltaba algo? ¿Acaso tenía envidia de dios? Si tenía envidia, o celos, se supone que esos son de los sentimientos más bajos e ‘imperfectos’ que un ser puede albergar… Sólo surge cuando alguien siente que le falta algo… Que no tiene algo que alguien más tiene, y como siente que no lo podrá obtener, empieza a desearlo con más fuerza… ¿Sería eso lo que le pasó al tal Satanás entonces? No parece que haya sido muy perfecto, vaya…


-       -   Mmmm… Bueno, no lo sé bien… Te repito, si la Biblia dice que quiso ser como Dios, tiene que ser que le faltaba justamente ser eso, ser Dios.


-       -   ¡Entonces ese tal Satanás era un reverendo idiota, un imbécil a toda prueba! Y a dios lo hacen ser otro idiota, un dios irresponsable e imprevisivo, sin nada de la omnisciencia que le endilgan, si no sabía que estaba creando al futuro Satanás. ¡De perfecto e inteligente, nada! Lo tenía todo y no sabía que lo tenía todo. Es decir, sabiduría cero. ¿Y quién lo hizo así?: ¡dios! Claro, el dios ése al que las cosas le salen mal… Era supuestamente perfecto perfectísimo, pero la posibilidad de envidia ya era POSIBLE en su corazón, por así decir. Es decir, no era para nada perfecto. Por otra parte, ¿quién creó esa posibilidad sino dios? Entonces dios creó a un supuestamente ser perfecto capaz de la más alta imperfección por causas absolutamente banales y fútiles… ¿Qué clase de ‘perfección’ puede ser esa…? Es decir, la posibilidad de que Satanás pecara fue creada por dios, ¿no es así? ¿O no?


-      -    Sí, bueno, ya te dije que los ángeles y también Satanás tienen libre albedrío, para escoger lo bueno o lo malo…


-      -    ¡Pero entonces quiere decir que lo bueno y lo malo ya existen, ANTES de que Satanás pudiera escogerlo! ¿Lo ves? Tu dios ya había creado entonces, tanto lo bueno, como lo malo, para que pudiera escogerse entre ambos… Entonces te equivocas, no es Satanás o Lucifer, el origen del mal. Es dios.


-         - Mmmmm…


-      -    Además en esa historia que me cuentas de la envidia o apetencia malsana que se le metió a Satanás en la cabeza de ser como dios –o sea, quería lo que ya tenía, o quería lo que era estúpido o imposible tener-, la imagen que se me viene a la mente es la de una especie de soberano, de rey egoico, de tirano oriental, con una corte de sirvientes, con las mismas apetencias, envidias, luchas de poder y deplorables deseos de adoración o ensalzamiento, típicos de las culturas primitivas y de seres ególatras… Eso no se me parece a mí en nada a lo de un dios cósmico, infinito, universal, etc. Más se parece a un sátrapa absolutista… Y por supuesto, de ese tipo de culturas surgieron quienes escribieron la Biblia.


-        -  Mmmmmm…


-       -   Además aún, para colmo, y para guinda del cuento, ¿por qué a ese dios supremamente perfecto, todopoderoso, omnisciente, y bondadoso, puede molestarle que alguno de sus hijos quiera ser como él? ¿Acaso peligraría su soberanía, o cosa alguna con ello? ¿Hay algo que dios pueda perder, o no esté dispuesto a dar? ¿Dios teme perder algo? ¿Qué padre humano no quiere que sus hijos sean cómo él, o incluso, más que él? ¿Puede ser dios menos que un padre humano? Repito, para que tu teología tenga sentido, dios tiene que ser un ser pocopoderoso, y temeroso de perder su poder, y un discapacitado emocional,forzosamente


-       -   Mmmm… Bueno, ya te estás yendo por otro lado… No estoy seguro a dónde quieres llegar…


-         - ¡A donde comencé! ¡Si dios permitió el surgimiento de Satanás el diablo, fue porque él lo creó así! O en todo caso, él lo permitió así. En todo caso, obra de su ‘santa’ voluntad. O, como dije, creó la posibilidad del bien y del mal, por tanto ya el mal existía antes de Satanás. Si dios no sabía que Satanás un día decidiría traicionarlo y rebelarse como dices, pues entonces pierde su supuesta omnisciencia. Si sí sabía lo que iba a pasar y lo permitió, fue entonces que esa fue su voluntad, ¿no? ¿No dicen ustedes que ni aún un pelo cae de una cabeza sin que sea la voluntad de dios? ¿Cuánto más en este asunto tan serio? Por tanto, si fue la voluntad de dios que Satanás existiera, -ya que no lo destruyó, como ha podido hacer, si es que era tan malo así, y así se evitarían males mayores- y como dicen ustedes, no pudo o no quiso impedir que arrastrara con su rebelión a la tercera parte de los ángeles del cielo1, entonces, si no fue un error o algo imprevisto, -lo cual acabaría con su perfección-, entonces fue su designio, y con ello, que supuestamente tentara a Adán y Eva, y pecaran y transmitieran el pecado original y se pervirtiera el mundo y que ocurrieran todos los desastres y tragedias que han ocurrido desde entonces, etc. En otras palabras, todo eso fue creado, previsto, permitido, o diseñado por dios desde el principio. Es decir, o dios se equivocó, o dios planificó toda este hecatombe por su ‘santa’, o mejor dicho, perversa, voluntad. En el primer caso, no tiene poder, no es omnipotente ni omnisciente, en el segundo caso, es un ser absolutamente pervertido. El diablo es el propio dios entonces…


-       -   ¡Blasfemia!


-       -   ¡Caray! El medioevo redivivo… ¿No es peor blasfemia decir que dios es un ser errático y falible, o un morboso sádico? Eso es lo que se implica de todo lo que hemos dicho. ¡Pero no soy yo quien lo dice! ¡Lo dice la teología que abrazas!


-      -    Mmmm...


-       -   Por cierto, quedan en pie otros puntos… ¿Dónde dice la Biblia todo eso que has afirmado: que Satanás era un ángel perfecto de luz, que desafió a dios, que tenía libre albedrío, que es el responsable del surgimiento del mal y del pecado, etc…? Por cierto, para ser un ángel de altísima sabiduría, me parece más bien muy bruto, idiota, mentecato, y bobo, para enfrentarse al jefe de los jefes, si se supone que sabe muy bien que saldrá absolutamente derrotado… ¿O no lo sabe? ¿Tiene esperanzas de triunfar Satanás? ¿O sí está en juego en realidad el destino del cosmos y de la Tierra? ¿Tiene tanto poder así Satanás como para poder desafiar a dios y pensar que tiene alguna posibilidad? Es decir, ¿es casi un semidiós ese tal Satanás, o incluso, la polaridad dual de dios, capaz de enfrentársele y poner en entredicho el destino del Universo…? Entonces no hay un solo dios, hay dos dioses, uno del bien y otro del mal, ¿no?, si las cosas son así como dices… Es decir, dualismo, no monoteísmo. Unos adoran al dios del bien, y otros adoran, o son súbditos, o presas del dios del mal… ¿Dice eso la Biblia?


-     -     La Biblia dice que al final Satanás y todos sus ángeles serán arrojados al Lago de Fuego, al infierno absoluto por los siglos de los siglos…


-     -     ¿Entonces tanta alharaca y desmadre y esfuerzo del pobre Satanás para eso? ¿Para que ya el final del cuento esté escrito? Realmente eso hace de Satanás un imbécil de marca mayor, realmente… Más de lo que pensaba. Porque se supone que Satanás se conoce la Biblia de arriba a abajo. Al menos eso me han dicho algunos de ustedes…


-        -  Sí, Satanás conoce bien la Biblia.


-        -  Entonces, más idiota es todavía, si ya sabe que pierde el juego. Que se rebeló para nada.


-        -  Sí sabe que pierde, pero lo que pasa es que no quiere estar solo sufriendo en el infierno… Quiere llevarse a cuántos más pueda…


-        -  ¿Dónde dice eso la Biblia? [para los lectores, no; la Biblia no lo dice…] ¿¿¿Y para qué??? ¿¿Para qué todo eso?? ¿No te das cuenta de que toda esa historia hace de ese supuesto ser original ‘perfecto’ un imbécil redomado? ¿Que de perfección, sabiduría, inmensa luz y poder, nada, pero nada de nada…? ¿Para qué rebelarse si sabe que va a perder? ¿Y si no sabía que iba a perder, no sabe desde que fue creado que dios es todopoderoso? ¿O no? ¿Qué creía que podía lograr? Y en todo caso, todo esto no serían más que elucubraciones de gente fantasiosa que ni siquiera aparecen en el compendio de elucubraciones fantasiosas que es la Biblia… ¡Es de locos!Pero además, ¿no te das cuenta que eso hace de tu dios también el ser más desgraciado, cruel, sádico, criminal, abominable y horroroso, incluso más que el supuesto Satán, si su supuesto perfecto ‘plan’ es que miles de miles de millones de seres humanos ardan y sufran un suplicio infinito e interminable e irremediable para siempre jamás en el infierno, y lo conciba así desde un principio…? Y para colmo de los colmos: ¿dónde dice la supuesta ‘palabra de dios’ todo eso…?


-       -   Bueno,eso es lo que me han enseñado…


-      -    Sí, lo sé… Te han enseñado que la Biblia sugiere que dios es un psicópata sin poder, ni justicia, ni bondad alguna, que diseña un inmenso fracaso para una enorme cantidad de sus hijos desde el principio… ¿O no sabía dios cuáles de sus miles de millones de hijos se irián al mismísimo infierno? ¿O no lo sabe aún? Muy bien, estamos de acuerdo… Crees en un dios demoníaco e imprevisivo e improvisado…


-      -    ¿?¿?¿?¿?


-      -    Veo que no lo entiendes… Pues no, lamentablemente déjame decirte que, por una parte, la Biblia no dice nada de eso, sino que sus intérpretes han forzado todo tipo de interpretaciones haladas por los cabellos para someter a los pueblos al terror… en pos de sus caprichos de poder. Por ejemplo, la supuesta historia de Satanás-Lucifer (vaya usted a saber cuál porque la Biblia no los menciona) que se desprende de dos oscuros y difusos pasajes: Isaías 14:12-202 y Ezequiel 28:12-193. Allí se habla claramente de los reyes de Babilonia y de Tiro. Todo lo demás son interpretaciones absolutamente haladas por los cabellos, que ni siquiera creen todos ni en el cristianismo, ni mucho menos en el judaísmo. ¡En esos dos únicos pasajes  se basa toda la ‘teoría’ del supuesto origen del diablo! Siendo un asunto tan pero tan importante, el Espíritu Santo, ha podido ser más abundante y preciso con sus ‘amanuenses’…


-     -     Pero la Biblia sí habla de Satanás…


-       -   Un momento… Te decía que, por otra parte, hay que recordar que aunque sí hablara supuestamente del origen de Satanás el diablo y hubiese doscientas citas más y aclaraciones al respecto, estamos hablando de lo que dice un libro escrito por mentes primitivas de culturas primitivas, imbuidas de todos los mitos y fábulas de sus vecinos y de toda una cantidad de necesidades sociopolíticas determinadas,         que hicieron que estos escribas escribieran lo que escribieron.Pero bueno, no es el caso. Lo que hay en la Biblia sobre Satanás son retazos contradictorios e incoherentes, que hay que hacer un enorme esfuerzo de imaginación para que signifique lo que otros quieren que signifique. Y ciertamente, durante siglos, teólogos, eruditos, sacerdotes, padres de la iglesia, exégetas y comentaristas con mucha imaginación y voluntad de aterrorizar a los demás, fue justamente lo que hicieron. Hasta convertir al tal Satanás en el espeluznante y poderoso ente adversario de dios que casi está por ganarle la partida…


-     -     Sí, ya sé que no crees en la Biblia. Pero en todo caso, la Biblia menciona en muchas partes a Satanás.


-      -    Ni siquiera en tantas partes como se piensa. En el Antiguo Testamento se menciona muy pocas veces. En el Pentateuco, es decir, en los primeros 5 libros de la Biblia, donde se supone que están las bases de toda la historia bíblica, no aparece Satanás por ninguna parte. Lo único que está es la famosa serpiente en el jardín del Edén que no fue sino siglos después que se interpretó que era el diablo o Satanás, por parte de algunas sectas judías influenciadas por el dualismo persa y griego, pleno de demonios y luchas entre el bien y el mal –por ejemplo, la secta de los esenios, pero otras también-, lo cual pasó luegoa las primigenias sectas cristianas. Y elaborado posteriormente con profusión por las iglesias cristianas. Pero no todas las tendencias judías y cristianas lo aceptan así, por cierto. Y en el resto del Antiguo Testamento, Satanás, si acaso es un ente personal –que ni siquiera siempre lo es- no es un enemigo de dios, sino un colaborador de dios…


-      -    ¿¿¿Cómo???


-      -    Ya verás…



Pero sobre todo ello hablaremos en el próximo capítulo.



1Apocalipsis 12: 3-4
“También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra…”.
Como puede verse, no dice que ese dragón sea Satanás; hay que ‘interpretarlo’… Por otra parte, no dice que haya arrastrado a la tercera parte de los ángeles, sino la tercera parte de las estrellas del cielo. En fin, con este lenguaje simbólico apocalíptico cada quien puede interpretar y entender lo que le venga en gana. Como de hecho ha sido así en la Historia.

2Isaías 14:12-20

 12¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.
13Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;
14sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
15Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.
16Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos;
17que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel?
18Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra cada uno en su morada;
19pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable, como vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado.
20No serás contado con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo. No será nombrada para siempre la descendencia de los malignos.”


Coloco el comentario de un pastor cristiano ligeramente disidente de la visión tradicional, Eduardo Mondaca:
“Si uno lee con una mente sana, me explico, con una mente no contaminada con la idea preconcebida de un ángel caído, puede percibir muy claramente que la profecía en sí en ningún momento alude a un ser sobrenatural, sino que exclusivamente está referida al rey de Babilonia.
El intérprete común tiende a impresionarse muy fácilmente con el estilo literario del oráculo, lo cual provoca, finalmente, que se confunda en su tarea de interpretarlo. Expresiones como las que leemos en el verso 12, llenas de dramatismo y poesía, son muy propias del idioma hebreo, y las encontramos por doquier en la Biblia:«¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!»
Éste es el único versículo, en toda la Biblia, en donde pareciera que se estuviera hablando de un ángel que fue expulsado del cielo; y es justamente de esta metafórica expresión que la Iglesia romana se tomó para sustentar su doctrina sobre la preexistencia de Satanás como un ángel perfecto. Sin embargo, al leer detenidamente los versículos 12 y 13 uno puede observar como que hubiera una especie de contradicción entre las expresiones: “caíste  del  cielo” y “subiré al cielo”, lo cual hace inmediatamente absurdo suponer que aquí se esté hablando de un ángel que fue arrojado del cielo, porque para caer del cielo se necesita, primeramente, haber estado allí. Pero el verso 13 dice: “Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono,…” ¿Por qué se cree que tal rebelión tuvo lugar en el cielo, donde este supuesto ángel perfecto moraba, cuando acá dice tan claro que este lucero (Lucifer) «decía en su corazón», o sea, maquinaba en su mente: «subiré al cielo»? —La verdad que aquí no existe ninguna contradicción. Lo que pasa es sencillamente que la palabra cielo, en este contexto, tiene una connotación muy diferente a la que conocemos. La expresión: « ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!»está relacionada directamente con la caída del rey de Babilonia y que al parecer se trataría de Belsasar, nieto de Nabucodonosor, y quien gobernaba Babilonia en el momento que los medos invadieron la ciudad.
Caer del cielo implica caer de la posición más alta a la que un hombre puede llegar, por eso la figura del cielo, pues para nosotros significa infinito, lo máximo; no existe nada que esté por encima del cielo. En cuanto al término “lucero”, éste no tiene ningún significado espiritual, simplemente es para complementar la figura del cielo. El lucero es la estrella más resplandeciente en el firmamento, la más sobresaliente. Para Belsasar, el cielo era la figura de su poderío y grandeza. Él se sentía como el astro más esplendoroso entre todas las estrellas; sin embargo, Dios, de allí lo bajó. También podría ser, considerando que el capítulo 13 declara sentencia sobre la ciudad imperial, que la profecía señale directamente la caída de Babilonia y no la caída de un rey. El libro de Daniel describe la majestuosidad que alcanzó Babilonia bajo el reinado de Nabucodonosor, cuya gloria y grandeza fue figurada en visión como un gran árbol, cuya copa llegaba hasta el cielo (Dn.4:20 y 22).
Es posible que la expresión « ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!» esté referida a esa grandeza alcanzada por Nabucodonosor y que fue traspasada posteriormente a sus hijos y nietos, quienes continuaron con la dinastía real hasta que Darío el medo sitió Babilonia y la sometió a esclavitud.”

3 Ezequiel 28:12-19

Doy la palabra nuevamente al pastor Eduardo Mondaca. Coloco su comentario completo, pues no tiene desperdicio:


El otro pa­saje favorito de los defensores de este postulado es Ezequiel 28:12 al 19 y que al igual que éste, que acabamos de revisar,  no trata del origen de Satanás, sino que es una profecía específicamente sobre el rey de Tiro.
12Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. 
13En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación.
14Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.
15Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. 
16A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.
17Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.
18Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrata­ciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.
19Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán so­bre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.

Ezequiel 28 e Isaías 14 son los pasajes favoritos para quienes promueven la falsa doctrina sobre el origen de Satanás. Y digo falsa, porque definitivamente ésta no tiene lugar en las Sagradas Escrituras, sino que obedece a suposiciones fundadas sobre  leyendas mitológicas que describían el origen de muchas de las deidades de los pueblos antiguos. Leyendas que la religión consideró interesantes, como punto de referencia, para encontrar en la Biblia  algo que insinuara, al igual que en la mitología, el origen del dios antagónico al Ser supremo, es decir: «cómo fue que nació Satanás».
¿Qué significa en realidad el pasaje que acabamos de leer?

Si uno lee con entendimiento, aplicando sentido común a la lectura, y considerando responsablemente la gramática en el texto, debe concluir que el oráculo de Ezequiel 28 tiene un destinatario definido, el rey de Tiro: «Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura» (v.12). No existe ninguna palabra o signo, en todo el pasaje, que insinúe que la profecía podría tener siquiera una doble referencia. Si usted observa bien, es a partir de los primeros versículos de Ezequiel 28 que se está afirmando a quien va dirigida la sentencia, y, además, las razones por las qué Dios ha determinado semejante castigo para este monarca: «Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios» (v.2).  Si este versículo, como la totalidad del pasaje, estuviera referido al origen de Satanás, ¿cómo podría explicarse el hecho de que quien está recibiendo la sentencia sea tratado simplemente como un ser humano? —Observe:
§  di al príncipe de Tiro (v.2)   —No dice: di a Lucifer, sino di al príncipe de Tiro.
§  siendo tú hombre y no Dios (v.2)  —No es un espíritu, sino simplemente un hombre.
§  Al sepulcro te harán descender (v.8) —Si se hubiese tratado de un ángel, los ángeles son espíritus, por lo tanto no mueren; no necesitan ser enterrados en sepulcros.
§  Tú, hombre eres, y no Dios, en la mano de tu matador (v.9) —No simplemente  es un hombre,  sino —además, alguien lo mataría
§  De muerte de incircuncisos morirás por mano de extranjeros (v.10) —Nuevamente se menciona su condición humana, pero en un estado rebajado: incircunciso, es decir, miserable para la mentalidad hebrea.
§  Por la abundancia de tu comercio, te llenaste de violencia, y pecaste (v.16 – NVI) —Se describe a un hombre muy hábil en sus transacciones comerciales con los demás reyes, por lo que llegó a ser muy poderoso, económicamente hablando, razón que los descolocó en sus sentimientos,  llenándose de orgullo y codicia:

Era tan singular tu belleza que te volviste muy orgulloso.
¡Tu orgullo y tu hermosura te hicieron perder la cabeza!
Por eso te arrojé al suelo y en presencia de los reyes te hice quedar en ridículo (v.17 – TLA)
Ahora bien, lo que distrae al teólogo e intérprete bíblico es el lenguaje figurado empleado entre los versículos 13 y 17, lo cual  hace que no advierta claramente el verdadero sentido de la profecía. La expresión: En Edén, en el huerto de Dios estuviste, no significa que el personaje señalado haya estado en el huerto del Edén literalmente, sino sencillamente se refiere a la posición esplendorosa que éste disfrutó durante su vida. En primer lugar, pertenecía a un linaje real, es decir, estuvo en la más alta posición en la que un ser humano podría vivir. Huerto del Edén, en este contexto, es símbolo de abundancia y gloria, como puede apreciarse también en el siguiente verso:
Ez. 36:35 “Y dirán: Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edén; y estas ciudades que eran desiertas y asoladas y arruinadas, están fortificadas y habitadas”.
Ezequiel recurre al lenguaje figurado para describir características importantes del rey de Tiro, algo muy usual en la profecía. Generalmente tales características estaban relacionadas con la cultura, leyendas e, incluso, con la geografía del lugar citado por el profeta.
Al igual que en la profecía de Isaías 14, en donde pudimos observar muy claramente, la sentencia apunta en primer lugar a la ciudad y luego a su rey, por lo tanto, podemos decir que la profecía de Ezequiel 28 comienza en el capítulo 26, con la sentencia de la caída de Tiro a manos del rey de Babilonia (v.7).
Es más que obvio que el oráculo va dirigido a un rey quien era muy conocido por los reyes del antiguo oriente y, además, por la estrecha relación que mantuvo por años con el pueblo de Dios, en sus más importantes gobernantes: David y Salomón. Debe saber usted que fue el rey de Tiro quien suministró gran parte de los materiales, como madera de cedro y ciprés, además de mucho oro, para la construcción tanto de la casa de David como finalmente para el templo
A continuación me gustaría que leyera el pasaje de Ezequiel 28 en una versión diferente: Traducción en Lenguaje Actualizado (TLA), y luego compárelo con la versión tradicional Reina-Valera 60. Haciendo este ejercicio se puede concluir, más categóricamente, que la profecía de Ezequiel 28 no tiene ninguna doble referencia, sino únicamente  la que estuvo en la mente del profeta en el momento de pronunciarla. 
Lamento por el rey de Tiro (Versión TLA)

11Dios también me dijo:
12Ezequiel, entona un canto fúnebre por el reyde Tiro. Dile de mi parte lo siguiente:
Tú, rey de Tiro,eras perfecto en todo;tu sabiduría y tu bellezano tenían comparación.
13Vivías en el jardín de Edén,y te adornabas con piedras preciosas.
Tus joyas y tus aretesestaban hechos de oro,y desde el día de tu nacimientoestuvieron a tu disposición.
14Un ángel te protegía,mientras pisabas piedras de fuegoen el monte elegido por Dios.
15Desde el día en que nacistete habías portado bien,pero un día mostraste tu maldad.
16En los muchos negocios que hacías,llegaste a ser muy violento.
Por eso te arrojé de mi montaña.
¡El ángel que te protegíate alejó de las piedras de fuego!
17Era tan singular tu bellezaque te volviste muy orgulloso.
¡Tu orgullo y tu hermosurate hicieron perder la cabeza!
Por eso te arrojé al sueloy en presencia de los reyeste hice quedar en ridículo.
Finalmente, como un último aporte para una mejor comprensión de este pasaje, podría decir que el rey de Tiro se   había enriquecido colosalmente a causa de sus astutas negociaciones con los demás reyes de la tierra (v.16). Además, el rey de Tiro tenía grandes intereses en Israel, pues poseía tierras que Salomón le habría regalado en gratitud por todo los materiales y todo el oro que el rey de Tiro, Hiram, donó para la construcción del templo y el palacio real en Jerusalén (1Re.9:10 y 11). La expresión: «Yo te eché del santo monte de Dios» (v.16), significa: «te expulsé de la tierra de mi pueblo», quienes están simbolizados, en este pasaje, por las piedras de fuego. La estrecha relación que había entre Tiro e Israel se acabó para siempre. El rey de Tiro dejó de ser el querubín protector de los hebreos.