Capitalismo. Ser o no Ser.
de
Viernes, 6 de enero de 2012 a la(s) 7:45 ·
Anoche ví la película "Capitalismo, una Historia de Amor", del cineasta estadounidense Michael Moore. Algunas impresiones:
El mundo avanza hacia la comprensión de lo que podríamos sintetizar en breves palabras:
El Capitalismo, simple y llanamente es anti-humano, anti-ecológico, anti-económico, anti-social, anti-planeta, anti-cristiano, anti-espiritual...
No hay tal cosa como un Capitalismo humanizado, solidario, democrático, o mucho menos, "popular"...
Capitalismo y Democracia son antinomias, así como lo son son Capitalismo y Ecología, o Capitalismo y Bienestar Social.
Poner al Capital, y sobre todo, al Gran Capital, por encima de todo lo demás, y como lo que decide por sobre todo lo demás, define exactamente de qué estamos hablando.
Cada vez se entiende más y más, que simple y llanamente hay que derribar ese sistema-mundo y erigir uno nuevo. ¿Cuaĺ?
La Democracia.
Es decir, el Poder del Pueblo. Clarito. Etimológico. E inmenso en sus implicaciones.
No se trata nada más de votar cada 4, 5, o X años por candidatos comprados y manejados precisamente por el Gran Capital y todos sus consorcios transnacionales. Se trata del poder de decidir y de actuar y ejecutar de toda la sociedad, por toda la sociedad, para toda la sociedad. Como dijo Abraham Lincoln, el "poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo". Ni más ni menos.
Que el Capitalismo es supuestamente compatible con la Democracia, la sociedad, la humanidad, el bienestar de todos y con la espiritualidad expresada en la religión que sea, es simplemente la propaganda engaña-bobos, con la que se ha programado o se intenta programar a todo el mundo, sobre todo en EEUU, América y Europa. Pero no es cierto. El Capitalismo no es compatible ni con la Democracia, ni con el bien común, ni con el cristianismo, ni religión alguna. Sólo con la religión de Mammón, o el Dios Dinero. El Dinero sólo de las élites, del 1%, por supuesto... Y por supuesto, compatible con los dioses de la guerra, la destrucción y el sufrimiento.
Pero su falsedad es cada día más evidente. La competencia feroz, las 'leyes del mercado', el afán de lucro especulador, el consumismo derrochador y depredador y la abolición paulatina o cada vez más descarada de las leyes que protejen a la población, claros principios del Capitalismo; es cada vez más obvio que sólo puede beneficiar a una ínfima minoría de las poblaciones, mientras explota, saquea, enferma y mantiene en una suerte de hipnosis al resto, haciéndoles creer que si se esfuerzan lo suficiente, podrán acceder al círculo de ricos y poderosos. Al cual jamás llegarán, por la propia naturaleza del Capitalismo. Sólo una élite o los pocos que puedan abrirse paso por su talento, astucia, picardía, o lo que sea, y a empellones por cierto... Si es que lo logran.
Y esto no se trata de negar que cualquier persona pueda crear un negocio, emprender una empresa productiva, o ser próspera y crear prosperidad en cualquier área que el libre albedrío decida. En una real Democracia eso tendría que ser lo normal, lo común, lo factible, lo deseable. Pero en el Capitalismo esto es sólo posible para unos pocos, para los que pueden acceder a grandes capitales, tener cierto nivel educativo, y arriesgarse a competir para perder tarde o temprano en algún ámbito de la vida, ya sea el financiero, el económico, el familiar, el de la salud, y sobre todo en el desarrollo de su más elevada, amplia y profunda humanidad y espiritualidad.
Pero ya vemos que aún en los llamados países del 'primer mundo' todo esto ha empezado a crujir, quebrarse y derrumbarse por todas partes. El verdadero negocio del Gran Capital: la especulación y las transacciones de las grandes bolsas, basadas en los principales negocios del mundo: la guerra, la energía, las telecomunicaciones, la empresa médica-farmacéutica y las drogas, legales o no; sólo puede mantenerse reventando a alguien, bombardeando a alguien, compitiendo a muerte contra alguien, contaminando al planeta y sacrificando a las grandes mayorías del mundo al sufrimiento, el hambre, la pobreza, la miseria, la guerra y la ignominia.
El que no pueda ver esto, pues bien, no lo puede ver. Pero cada vez es más y más visible y evidente.
Y los pueblos se levantan por todo el mundo, diciendo: "¡ya no más!". "Somos el 99%, somos Uno, si vivimos en Democracia y el pueblo decide, ¿cómo es que aún toleramos y permitimos esto?"
Tampoco se trata de convertir al Capitalismo en un fetiche demoníaco. Sino simplemente ver que no funciona para todos, ni para las mayorías, ni para la Democracia. Sólo funciona para las élites del 1%.
Escribí todo esto porque acabo de leer un par de artículos -que también publico, para el que los quiera ver- y además que anoche ví -¡por fin!- la citada película de Michael Moore "Capitalismo, una historia de amor". Muy recomendable.
Todo esto pudiera tenerse por sabido y recontra sabido, pero pienso que mientras más conozcamos sus detalles y sus modos operandi, más capacitados estaremos para contribuir a la superación de este modelo.
¡Avancemos hacia la verdadera Democracia, -no sus disfraces falaces-, y dejemos atrás al Capitalismo y sus miserias...! En fin, poco a poco y quizá en modos que quizá no advirtamos del todo, el mundo ya está avanzando hacia otra forma de entender y vivir la Vida...
¡Somos el 99%!
Y el 1% de las élites forma parte del 100% que nos indica el camino... El camino del No-Ser.
¡Somos UNO! ¡SOMOS!
Artículos:
Panorama general de la crisis del imperialismo estadounidense.
https://www.facebook.com/groups/214513418614290/doc/256452081087090/
La madre de todas las crisis.
https://www.facebook.com/groups/214513418614290/doc/256452441087054/