PROYECTO BIBLIA DESNUDA 16
Llegó el momento
pues, de referirnos a este famoso personaje. Aunque no estamos haciendo un
tratado de teología ni de soteriología (lo relacionado con la doctrina de salvación),
sino haciendo un examen de los orígenes y consecuencias del mito de la Biblia
como ‘Palabra de Dios’, es muy importante que lleguemos a este punto, puesto
que en algún momento, todo desemboca en el famoso maligno ser que supuestamente
truncó los designios de dios y condujo todo al desastre: Satanás el diablo.
Y es sumamente
importante puesto que el estudio del mito del diablo nos lleva al menos a tres
puntos centrales de la teología dogmática judeocristiana (sobre todo
cristiana):
1) Satanás el diablo como una poderosa entidad opuesta a dios y enemiga del hombre, causante de la ‘Caída’, y origen del pecado y la muerte.
2) Satanás como origen, causa y explicación del problema del mal.
3) Para el Cristianismo, todo el sentido de la ‘salvación’ se refiere a la victoria sobre los designios satánicos. Jesucristo viene a la Tierra precisamente para “deshacer las obras del Diablo”.
Quienes crearon
la Biblia que conocemos, es decir, las autoridades religiosas tanto judías como
cristianas que redactaron, seleccionaron, compilaron, editaron, tradujeron,
copiaron, interpretaron y canonizaron
los textos bíblicos, tuvieron que enfrentarse en diversos momentos al problema
de explicar el origen y sentido del mal en la existencia humana, e intentar
darle respuestas. Además intentando que el enorme corpus bíblico tuviese un
sentido más o menos coherente en tal sentido.
Ahora bien, como
veremos en las siguientes exposiciones, no existe un solo criterio en este tema
en la Biblia –como no existe un solo criterio para ningún tema en estos
asuntos- . Y ello por dos sencillas razones: primero, porque la Biblia es el
resultado final –aunque no homogéneo, como ya hemos visto, que hay distintas
versiones, traducciones, etc.- de un dilatado proceso de redacción, selección,
compilación y formación que cuando menos duró unos 1800 años (si contamos desde
los primeros intentos de compilación en el reinado de Josías +/- 600 a.e.C.
hasta los concilios finales donde se decidió el formato definitivo de la Biblia
católica en el siglo XV e.C.). En estos 1800 años, naturalmente hubo distintas
etapas signadas por muy diversos contextos históricos que condicionaron los
contenidos y modos de seleccionar los textos de las ‘escrituras’.
La segunda razón
es que los modos de interpretar, traducir, seleccionar, reinterpretar y enseñar
estos contenidos responden a muy diferentes intereses y visiones. En principio,
dos; una, la del Judaísmo; otra, la del Cristianismo. Pero luego, como sabemos
en cada corriente existen y han existido muchas otras sub-corrientes y con el
pasar del tiempo, una enorme variedad de tendencias distintas. Contradictorias
en muchos puntos, pero que han tratado de conciliarse forzadamente durante
siglos. Con dudosos resultados.
En el caso del
tema que nos ocupa, el del pretendido jefe de los espíritus del mal y los
demonios de la oscuridad, Satanás el Diablo, y en relación a lo anterior,
digámoslo de una vez de entrada:es muy diferente su concepción en el
Antiguo Testamento, a la del Nuevo Testamento. Y además, es muy importante
saber que en el propio Antiguo Testamento, la concepción de Satanás, a pesar de
lo sumamente escasa y difusa de sus ‘apariciones’ allí, pasa también por
distintas etapas y características. Y para comprenderlas hay que manejar
algunas nociones básicas de la historia de la creación de la Biblia. A las que
ya nos hemos referido, pero que reiteraremos aquí.
Ahora bien,
antes de adentrarnos en esos muy importantes aspectos referidos a la evolución
del diablo en la historia de la concepción y producción bíblica, permítannos
hacer algunas consideraciones iniciales sobre los 3 aspectos mencionados antes en
la importancia del diablo Satanás en la teología judeo-cristiana. Porque se
trata de nada más y nada menos que la figura con la que se ha aterrorizado e
impuesto una teología de terror a millones de creyentes de todas las variedades
judeocristianas durante miles de años. Hasta el sol de hoy, cuando el monstruo
terrorífico sigue haciendo de las suyas en las mentes de millones, por obra y
gracia de los ‘representantes de dios’ en la Tierra. Esperamos que estas
reflexiones contribuyan en gran medida a los propósitos de este proyecto: ayudar
a liberar de dogmas primitivos, autoritarios, opresivos y disfuncionales a quien
así lo requiera.
Y la idea
central es la siguiente:
Toda la teología o teologías referidas a un ser espiritual maligno, adversario o enemigo de dios y el ser humano, llámese diablo, Satanás, Lucifer, Belcebú, Belial, demonio, serpiente, dragón, o cualesquiera otros apelativos, implica, nada más de entrada, la pérdida de todo el carácter perfecto, bondadoso, todopoderoso y omnisciente de dios. Inmediatamente. Es decir, implica la concepción del dios judeocristiano como un ser sin poder. O con menos poder del que se pretende. O cuyo poder está en entredicho, y que incluso, puede fallar. Porque implica, que a dios se le ocurrió un plan que de alguna forma le salió mal, se le fue de las manos, hubo algo imprevisto, inesperado fuera de lugar, ajeno a sus designios, y que para corregirlo (y ya nada más el hecho de corregir, implica un error, un fallo garrafal de entrada), tuvo que recurrir a algo sobrevenido, a una solución que no estaba en los propósitos iniciales; tuvo que ingeniárselas para ver cómo arreglaba el desperfecto, pero además, los sucesivos intentos de solución también resultaron desastrosos, y luego, miles de años después, fue que se le ocurrió una solución supuestamente definitiva –la de sacrificarse a sí mismo o a su hijo-, que en definitiva, tampoco es que ha resultado muy efectiva si a ver los resultados vamos. Es decir, las características todopoderosas, omniscientes y perfectas de dios se van al garete.
O, peor aún, si
resulta ser, como dicen algunas teologías cristianas, que dios diseñó,
concibió, planificó todo exactamente así desde el principio, y todo estaba
previsto, incluidos Diablo, serpiente, Caída del Hombre, pecado, muerte,
infierno, etc., etc., entonces quiere decir que ese dios es el ser más sádico,
bochornoso, enfermo, psicópata, criminal, cruel, inmoral, infame y demoníaco
que concebirse pueda. O mejor, dicho, así lo concibieron los escribas de ‘las
escrituras’. Es decir, se van al demonio (literalmente) las doctrinas sobre su
bondad, amor, misericordia y justicia infinitas.
No hay forma de
escapar a esta dicotomía: o dios no previó que un supuesto ángel ‘perfecto’ de
luz se le rebelaría y se convertiría en la perdición de su creación, sin poder
hacer nada por evitarlo, por tanto, no sería omnisciente ni todopoderoso; o,
así lo quiso desde el principio: crear un verdadero infierno en la Tierra de
crimen, dolor, sufrimiento, pecado y desastres de todo tipo, todo con el fin de
ser adorado por algunos ‘elegidos’ y para colmo, amenazando a su máxima
creación, el ser humano, con una temporada infinita
de suplicios indecibles en el Infierno metafísico, a quienes no se sometieran a
sus designios (sin especificar detallada y claramente cuáles son, de allí las
miles de religiones diferentes), bajo el influjo de un siniestro personaje diseñado
precisamente para perderle; por tanto, no sería ni bueno, ni justo, ni
misericordioso. En cualquiera de los dos casos, ese dios está en las antípodas
de cualquier sentido de ‘perfección’.
Como sabemos muy
bien que esto es un poco difícil de entender para las mentes adoctrinadas por
el dogma religioso desde temprana edad, detallaremos algunos de sus aspectos
por medio de una hipotética, pero muy plausible conversación entre un crítico
del dogma y un religioso tradicional:
- - Cuéntame cómo es
posible que un dios bondadoso y perfecto, haya permitido la maldad en su
creación y que un ser demoníaco pervirtiese todo…
- - En efecto, todo el mal
en la tierra proviene del pecado. El pecado inducido en Adán y Eva por medio de
la serpiente antigua que aparece en el Génesis, que no es otro sino Satanás, el
Diablo.
- - Pero, ¿cómo es posible
que dios haya permitido, O CREADO, a un diablo…?
- - No, no, Dios no creó al
Diablo. Dios todo lo que creó, lo creó perfecto.
- - ¿Ah sí…? ¿Y entonces…?
¿De dónde salió ese tal Diablo? ¿Acaso existe otro dios u otros dioses que lo
crearon a él?
- - ¡No, hombre! Satanás
era antes un ángel impoluto, un querubín perfecto, uno de los más altos seres
de Luz y Sabiduría que Jehová Dios creó…
- - ¿Antes? ¿Cómo antes?
¿Existen los “antes” en el Reino de Dios? ¿Existe el tiempo en el ‘Reino de los
Cielos’? Pero en todo caso, si ‘antes’ Satanás era bueno, ¿por qué se volvió
malo? ¿Cómo es posible eso en medio de la perfección? Pero en todo caso, dios
sabía que había creado al futuro Diablo cuando creó a Satanás. Si no, no es
omnisciente. ¿Cierto?
- - Bueno, la Biblia dice
que fue a causa del orgullo, del deseo de ser como Dios, a Satanás o Lucifer
como dice la Biblia, le entraron malos deseos en el corazón de ser adorado, o
incluso sustituir a Dios. Y eso fue lo que lo hizo pecar y rebelarse contra
Dios.
- - ¡Pero caramba! Entonces
no entiendo, algo no cuadra… Satanás o Lucifer era un ángel perfecto,
perfectísimo, ¿no?
- - Sí
- - Y no sólo perfectísimo,
sino según me dices, era un tipo de la más alta jerarquía angélica, un
querubín, es decir, un súper arcángel lleno de luz, perfección, inmortalidad,
sabiduría, bondad y poder… Y demás características angélicas divinas…
- - Sí, por así decir…
- - Y entonces, explícame a
ver, ¿cómo demonios –ejem…- puede surgir la maldad, o cualquier forma de deseo
‘malo’ en medio de la perfección perfectísima…?
- - Surgió porque los
ángeles también tienen libre albedrío…
- - ¡Aaaahhhh sí…! Ya salió
a relucir lo del libre albedrío… (Por cierto, ¿dónde dice la Biblia que los
ángeles tienen libre albedrío?) Volveré a eso en unos momentos… Pero insisto,
¿cómo pudo un ángel de pura luz, perfecto, impresionantemente sabio, divino,
conocedor de la majestad de dios, e insisto de nuevo: perfecto –porque en medio
de la perfección no puede haber nada que la viole, ¿no?, porque si no, no es
perfecto en lo absoluto…-, concebir la idiota y estúpida idea de usurpar a
dios? ¿Cómo un ser perfecto puede tener un ego tan violador de toda noción de
‘perfección’, como para tener deseos de ser adorado, reverenciado, o idolatrado
en alguna manera?
- - Mmmmm… no te entiendo
bien… Satanás quiso ser como Dios. Punto. Eso es todo.
- - ¿Ser como Dios? ¿Y para
qué? ¿No era en cierto modo como dios ya? ¿No se supone que era uno de los
ángeles más poderosos, iluminado, pleno de todas las bondades y poderes divinos
que imaginarse pueda? ¿Qué beneficio le faltaba? ¿O acaso le faltaba algo?
¿Acaso tenía envidia de dios? Si tenía envidia, o celos, se supone que esos son
de los sentimientos más bajos e ‘imperfectos’ que un ser puede albergar… Sólo
surge cuando alguien siente que le falta algo… Que no tiene algo que alguien
más tiene, y como siente que no lo podrá obtener, empieza a desearlo con más
fuerza… ¿Sería eso lo que le pasó al tal Satanás entonces? No parece que haya
sido muy perfecto, vaya…
- - Mmmm… Bueno, no lo sé
bien… Te repito, si la Biblia dice que quiso ser como Dios, tiene que ser que
le faltaba justamente ser eso, ser Dios.
- - ¡Entonces ese tal
Satanás era un reverendo idiota, un imbécil a toda prueba! Y a dios lo hacen
ser otro idiota, un dios irresponsable e imprevisivo, sin nada de la
omnisciencia que le endilgan, si no sabía que estaba
creando al futuro Satanás. ¡De perfecto e inteligente, nada! Lo tenía todo y no
sabía que lo tenía todo. Es decir, sabiduría cero. ¿Y quién lo hizo así?:
¡dios! Claro, el dios ése al que las cosas le salen mal… Era supuestamente
perfecto perfectísimo, pero la posibilidad de envidia ya era POSIBLE en su corazón, por así decir. Es
decir, no era para nada perfecto. Por otra parte, ¿quién creó esa posibilidad
sino dios? Entonces dios creó a un supuestamente ser perfecto capaz de la más
alta imperfección por causas absolutamente banales y fútiles… ¿Qué clase de
‘perfección’ puede ser esa…? Es decir, la posibilidad de que Satanás pecara fue
creada por dios, ¿no es así? ¿O no?
- - Sí, bueno, ya te dije
que los ángeles y también Satanás tienen libre albedrío, para escoger lo bueno
o lo malo…
- - ¡Pero entonces quiere
decir que lo bueno y lo malo ya existen, ANTES de que Satanás pudiera
escogerlo! ¿Lo ves? Tu dios ya había creado entonces, tanto lo bueno, como lo
malo, para que pudiera escogerse entre ambos… Entonces te equivocas, no es
Satanás o Lucifer, el origen del mal. Es dios.
- - Mmmmm…
- - Además en esa historia
que me cuentas de la envidia o apetencia malsana que se le metió a Satanás en
la cabeza de ser como dios –o sea, quería lo que ya tenía, o quería lo que era
estúpido o imposible tener-, la imagen que se me viene a la mente es la de una
especie de soberano, de rey egoico, de tirano oriental, con una corte de
sirvientes, con las mismas apetencias, envidias, luchas de poder y deplorables
deseos de adoración o ensalzamiento, típicos de las culturas primitivas y de
seres ególatras… Eso no se me parece a mí en nada a lo de un dios cósmico,
infinito, universal, etc. Más se parece a un sátrapa absolutista… Y por
supuesto, de ese tipo de culturas surgieron quienes escribieron la Biblia.
- - Mmmmmm…
- - Además aún, para colmo,
y para guinda del cuento, ¿por qué a ese dios supremamente perfecto,
todopoderoso, omnisciente, y bondadoso, puede molestarle que alguno de sus
hijos quiera ser como él? ¿Acaso peligraría su soberanía, o cosa alguna con ello?
¿Hay algo que dios pueda perder, o no esté dispuesto a dar? ¿Dios teme perder
algo? ¿Qué padre humano no quiere que sus hijos sean cómo él, o incluso, más que él? ¿Puede ser dios menos que un padre humano?
Repito, para que tu teología tenga sentido, dios tiene que ser un ser pocopoderoso,
y temeroso de perder su poder, y un discapacitado emocional,forzosamente…
- - Mmmm… Bueno, ya te estás
yendo por otro lado… No estoy seguro a dónde quieres llegar…
- - ¡A donde comencé! ¡Si
dios permitió el surgimiento de Satanás el diablo, fue porque él lo creó así! O
en todo caso, él lo permitió así. En todo caso, obra de su ‘santa’ voluntad. O,
como dije, creó la posibilidad del bien y del mal, por tanto ya el mal existía
antes de Satanás. Si dios no sabía que Satanás un día decidiría traicionarlo y
rebelarse como dices, pues entonces pierde su supuesta omnisciencia. Si sí
sabía lo que iba a pasar y lo permitió, fue entonces que esa fue su voluntad,
¿no? ¿No dicen ustedes que ni aún un pelo cae de una cabeza sin que sea la
voluntad de dios? ¿Cuánto más en este asunto tan serio? Por tanto, si fue la
voluntad de dios que Satanás existiera, -ya que no lo destruyó, como ha podido
hacer, si es que era tan malo así, y así se evitarían males mayores- y como
dicen ustedes, no pudo o no quiso impedir que arrastrara con su rebelión a la
tercera parte de los ángeles del cielo1, entonces, si no fue un
error o algo imprevisto, -lo cual acabaría con su perfección-, entonces fue su
designio, y con ello, que supuestamente tentara a Adán y Eva, y pecaran y
transmitieran el pecado original y se pervirtiera el mundo y que ocurrieran
todos los desastres y tragedias que han ocurrido desde entonces, etc. En otras
palabras, todo eso fue creado, previsto, permitido, o diseñado por dios desde
el principio. Es decir, o dios se equivocó, o dios planificó toda este
hecatombe por su ‘santa’, o mejor dicho, perversa, voluntad. En el primer
caso, no tiene poder, no es omnipotente ni omnisciente, en el segundo caso, es
un ser absolutamente pervertido. El diablo es el propio dios entonces…
- - ¡Blasfemia!
- - ¡Caray! El medioevo
redivivo… ¿No es peor blasfemia decir que dios es un ser errático y falible, o
un morboso sádico? Eso es lo que se implica de todo lo que hemos dicho. ¡Pero
no soy yo quien lo dice! ¡Lo dice la teología que abrazas!
- - Mmmm...
- - Por cierto, quedan en
pie otros puntos… ¿Dónde dice la Biblia todo eso que has afirmado: que Satanás
era un ángel perfecto de luz, que desafió a dios, que tenía libre albedrío, que
es el responsable del surgimiento del mal y del pecado, etc…? Por cierto, para
ser un ángel de altísima sabiduría, me parece más bien muy bruto, idiota,
mentecato, y bobo, para enfrentarse al jefe de los jefes, si se supone que sabe
muy bien que saldrá absolutamente derrotado… ¿O no lo sabe? ¿Tiene esperanzas
de triunfar Satanás? ¿O sí está en juego en realidad el destino del cosmos y de
la Tierra? ¿Tiene tanto poder así Satanás como para poder desafiar a dios y
pensar que tiene alguna posibilidad? Es decir, ¿es casi un semidiós ese tal
Satanás, o incluso, la polaridad dual de dios, capaz de enfrentársele y poner
en entredicho el destino del Universo…? Entonces no hay un solo dios, hay dos
dioses, uno del bien y otro del mal, ¿no?, si las cosas son así como dices… Es
decir, dualismo, no monoteísmo. Unos adoran al dios del bien, y otros adoran, o
son súbditos, o presas del dios del mal… ¿Dice eso la Biblia?
- - La Biblia dice que al
final Satanás y todos sus ángeles serán arrojados al Lago de Fuego, al infierno
absoluto por los siglos de los siglos…
- - ¿Entonces tanta
alharaca y desmadre y esfuerzo del pobre Satanás para eso? ¿Para que ya el
final del cuento esté escrito? Realmente eso hace de Satanás un imbécil de
marca mayor, realmente… Más de lo que pensaba. Porque se supone que Satanás se
conoce la Biblia de arriba a abajo. Al menos eso me han dicho algunos de
ustedes…
- - Sí, Satanás conoce bien
la Biblia.
- - Entonces, más idiota es
todavía, si ya sabe que pierde el juego. Que se rebeló para nada.
- - Sí sabe que pierde,
pero lo que pasa es que no quiere estar solo sufriendo en el infierno… Quiere
llevarse a cuántos más pueda…
- - ¿Dónde dice eso la
Biblia? [para los lectores, no; la Biblia no lo dice…] ¿¿¿Y para qué??? ¿¿Para
qué todo eso?? ¿No te das cuenta de que toda esa historia hace de ese supuesto
ser original ‘perfecto’ un imbécil redomado? ¿Que de perfección, sabiduría,
inmensa luz y poder, nada, pero nada de nada…? ¿Para qué rebelarse si sabe que
va a perder? ¿Y si no sabía que iba a perder, no sabe desde que fue creado que
dios es todopoderoso? ¿O no? ¿Qué creía que podía lograr? Y en todo caso, todo
esto no serían más que elucubraciones de gente fantasiosa que ni siquiera aparecen
en el compendio de elucubraciones fantasiosas que es la Biblia… ¡Es de
locos!Pero además, ¿no te das cuenta que eso hace de tu dios también el ser más
desgraciado, cruel, sádico, criminal, abominable y horroroso, incluso más que
el supuesto Satán, si su supuesto perfecto ‘plan’ es que miles de miles de
millones de seres humanos ardan y sufran un suplicio infinito e interminable e
irremediable para siempre jamás en el infierno, y lo conciba así desde un
principio…? Y para colmo de los colmos: ¿dónde dice la supuesta ‘palabra de
dios’ todo eso…?
- - Bueno,eso es lo que me
han enseñado…
- - Sí, lo sé… Te han
enseñado que la Biblia sugiere que dios es un psicópata sin poder, ni justicia,
ni bondad alguna, que diseña un inmenso fracaso para una enorme cantidad de sus
hijos desde el principio… ¿O no sabía dios cuáles de sus miles de millones de
hijos se irián al mismísimo infierno? ¿O no lo sabe aún? Muy bien, estamos de
acuerdo… Crees en un dios demoníaco e imprevisivo e improvisado…
- - ¿?¿?¿?¿?
- - Veo que no lo entiendes…
Pues no, lamentablemente déjame decirte que, por una parte, la Biblia no dice
nada de eso, sino que sus intérpretes han forzado todo tipo de interpretaciones
haladas por los cabellos para someter a los pueblos al terror… en pos de sus
caprichos de poder. Por ejemplo, la supuesta historia de Satanás-Lucifer (vaya
usted a saber cuál porque la Biblia no los menciona) que se desprende de dos
oscuros y difusos pasajes: Isaías 14:12-202 y Ezequiel 28:12-193.
Allí se habla claramente de los reyes de Babilonia y de Tiro. Todo lo
demás son interpretaciones absolutamente haladas por los cabellos, que ni
siquiera creen todos ni en el cristianismo, ni mucho menos en el judaísmo. ¡En
esos dos únicos pasajes se basa toda la ‘teoría’
del supuesto origen del diablo! Siendo un asunto tan pero tan importante, el Espíritu Santo, ha podido ser más
abundante y preciso con sus ‘amanuenses’…
- - Pero la Biblia sí habla
de Satanás…
- - Un momento… Te decía
que, por otra parte, hay que recordar que aunque sí hablara supuestamente del
origen de Satanás el diablo y hubiese doscientas citas más y aclaraciones al
respecto, estamos hablando de lo que dice un libro escrito por mentes
primitivas de culturas primitivas, imbuidas de todos los mitos y fábulas de sus
vecinos y de toda una cantidad de necesidades sociopolíticas determinadas, que hicieron que estos escribas
escribieran lo que escribieron.Pero bueno, no es el caso. Lo que hay en la
Biblia sobre Satanás son retazos contradictorios e incoherentes, que hay que
hacer un enorme esfuerzo de imaginación para que signifique lo que otros
quieren que signifique. Y ciertamente, durante siglos, teólogos, eruditos,
sacerdotes, padres de la iglesia, exégetas y comentaristas con mucha
imaginación y voluntad de aterrorizar a los demás, fue justamente lo que
hicieron. Hasta convertir al tal Satanás en el espeluznante y poderoso ente
adversario de dios que casi está por ganarle la partida…
- - Sí, ya sé que no crees
en la Biblia. Pero en todo caso, la Biblia menciona en muchas partes a Satanás.
- - Ni siquiera en tantas
partes como se piensa. En el Antiguo Testamento se menciona muy pocas veces. En
el Pentateuco, es decir, en los primeros 5 libros de la Biblia, donde se supone
que están las bases de toda la historia bíblica, no aparece Satanás por ninguna
parte. Lo único que está es la famosa serpiente en el jardín del Edén que no
fue sino siglos después que se interpretó que era el diablo o
Satanás, por parte de algunas sectas judías influenciadas por el dualismo persa
y griego, pleno de demonios y luchas entre el bien y el mal –por ejemplo, la
secta de los esenios, pero otras también-, lo cual pasó luegoa las primigenias
sectas cristianas. Y elaborado posteriormente con profusión por las iglesias
cristianas. Pero no todas las tendencias judías y cristianas lo aceptan así,
por cierto. Y en el resto del Antiguo Testamento, Satanás, si acaso es un ente
personal –que ni siquiera siempre lo es- no es un enemigo de dios, sino un colaborador
de dios…
- - ¿¿¿Cómo???
- - Ya verás…
Pero sobre todo
ello hablaremos en el próximo capítulo.
1Apocalipsis
12: 3-4
“También
apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía
siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola
arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la
tierra…”.
Como puede verse,
no dice que ese dragón sea Satanás; hay que ‘interpretarlo’…
Por otra parte, no dice que haya arrastrado a la tercera parte de los ángeles,
sino la tercera parte de las estrellas del cielo. En fin, con este lenguaje
simbólico apocalíptico cada quien puede interpretar y entender lo que le venga
en gana. Como de hecho ha sido así en la Historia.
2Isaías 14:12-20
12¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste
por tierra, tú que debilitabas a las naciones.
13Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las
estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré,
a los lados del norte;
14sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
15Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.
16Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es
éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos;
17que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus
presos nunca abrió la cárcel?
18Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra cada uno
en su morada;
19pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable, como
vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura;
como cuerpo muerto hollado.
20No serás contado con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu
tierra, mataste a tu pueblo. No será nombrada para siempre la descendencia de
los malignos.”
Coloco el
comentario de un pastor cristiano ligeramente disidente de la visión
tradicional, Eduardo Mondaca:
“Si uno lee con una mente sana, me
explico, con una mente no contaminada con la idea preconcebida de un ángel
caído, puede percibir muy claramente que la profecía en sí en ningún momento
alude a un ser sobrenatural, sino que exclusivamente está referida al rey de
Babilonia.
El intérprete común tiende a
impresionarse muy fácilmente con el estilo literario del oráculo, lo cual
provoca, finalmente, que se confunda en su tarea de interpretarlo. Expresiones
como las que leemos en el verso 12, llenas de dramatismo y poesía, son muy
propias del idioma hebreo, y las encontramos por doquier en la Biblia:«¡Cómo
caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!»
Éste es el único versículo, en toda
la Biblia, en donde pareciera que se estuviera hablando de un ángel que fue
expulsado del cielo; y es justamente de esta metafórica expresión que la
Iglesia romana se tomó para sustentar su doctrina sobre la preexistencia de
Satanás como un ángel perfecto. Sin embargo, al leer detenidamente los
versículos 12 y 13 uno puede observar como que hubiera una especie de
contradicción entre las expresiones: “caíste del cielo” y “subiré
al cielo”, lo cual hace inmediatamente absurdo suponer que aquí se esté
hablando de un ángel que fue arrojado del cielo, porque para caer del cielo se
necesita, primeramente, haber estado allí. Pero el verso 13 dice: “Tú
que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de
Dios, levantaré mi trono,…” ¿Por qué se cree que tal rebelión tuvo
lugar en el cielo, donde este supuesto ángel perfecto moraba, cuando acá dice
tan claro que este lucero (Lucifer) «decía en su corazón», o sea, maquinaba en
su mente: «subiré al cielo»? —La verdad que aquí no existe ninguna
contradicción. Lo que pasa es sencillamente que la palabra cielo, en este
contexto, tiene una connotación muy diferente a la que conocemos. La expresión:
« ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!»está relacionada
directamente con la caída del rey de Babilonia y que al parecer se trataría de
Belsasar, nieto de Nabucodonosor, y quien gobernaba Babilonia en el momento que
los medos invadieron la ciudad.
Caer del cielo implica caer de la
posición más alta a la que un hombre puede llegar, por eso la figura del cielo,
pues para nosotros significa infinito, lo máximo; no existe nada que esté por
encima del cielo. En cuanto al término “lucero”, éste no tiene ningún
significado espiritual, simplemente es para complementar la figura del cielo.
El lucero es la estrella más resplandeciente en el firmamento, la más
sobresaliente. Para Belsasar, el cielo era la figura de su poderío y grandeza.
Él se sentía como el astro más esplendoroso entre todas las estrellas; sin
embargo, Dios, de allí lo bajó. También podría ser, considerando que el
capítulo 13 declara sentencia sobre la ciudad imperial, que la profecía señale
directamente la caída de Babilonia y no la caída de un rey. El libro de Daniel
describe la majestuosidad que alcanzó Babilonia bajo el reinado de
Nabucodonosor, cuya gloria y grandeza fue figurada en visión como un gran
árbol, cuya copa llegaba hasta el cielo (Dn.4:20 y 22).
Es posible que la expresión « ¡Cómo
caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!» esté referida a esa
grandeza alcanzada por Nabucodonosor y que fue traspasada posteriormente a sus
hijos y nietos, quienes continuaron con la dinastía real hasta que Darío el
medo sitió Babilonia y la sometió a esclavitud.”
3 Ezequiel 28:12-19
Doy la
palabra nuevamente al pastor Eduardo Mondaca. Coloco su comentario completo,
pues no tiene desperdicio:
El otro pasaje favorito de los
defensores de este postulado es Ezequiel 28:12 al 19 y que al igual que éste,
que acabamos de revisar, no trata del origen de Satanás, sino que es una
profecía específicamente sobre el rey de Tiro.
12Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha
dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y
acabado de hermosura.
13En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era
tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de
zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas
estuvieron preparados para ti en el día de tu creación.
14Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios,
allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.
15Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado,
hasta que se halló en ti maldad.
16A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de
iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de
entre las piedras del fuego, oh querubín protector.
17Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu
sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los
reyes te pondré para que miren en ti.
18Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones
profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te
consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te
miran.
19Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre
ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.
Ezequiel 28 e Isaías 14 son los
pasajes favoritos para quienes promueven la falsa doctrina sobre el origen de
Satanás. Y digo falsa, porque definitivamente ésta no tiene lugar en las
Sagradas Escrituras, sino que obedece a suposiciones fundadas sobre
leyendas mitológicas que describían el origen de muchas de las deidades de los
pueblos antiguos. Leyendas que la religión consideró interesantes, como punto de
referencia, para encontrar en la Biblia algo que insinuara, al igual que
en la mitología, el origen del dios antagónico al Ser supremo, es decir: «cómo
fue que nació Satanás».
¿Qué
significa en realidad el pasaje que acabamos de leer?
Si uno lee con entendimiento,
aplicando sentido común a la lectura, y considerando responsablemente la
gramática en el texto, debe concluir que el oráculo de Ezequiel 28 tiene un
destinatario definido, el rey de Tiro: «Hijo de hombre, levanta
endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el
sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura» (v.12).
No existe ninguna palabra o signo, en todo el pasaje, que insinúe que la
profecía podría tener siquiera una doble referencia. Si usted observa bien, es
a partir de los primeros versículos de Ezequiel 28 que se está afirmando a
quien va dirigida la sentencia, y, además, las razones por las qué Dios ha
determinado semejante castigo para este monarca: «Hijo de hombre, di al
príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu
corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio
de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón
de Dios» (v.2). Si este versículo, como la totalidad del pasaje,
estuviera referido al origen de Satanás, ¿cómo podría explicarse el hecho de
que quien está recibiendo la sentencia sea tratado simplemente como un ser
humano? —Observe:
§ di al príncipe de Tiro (v.2) —No
dice: di a Lucifer, sino di al príncipe de Tiro.
§ siendo tú hombre y no Dios (v.2) —No es un
espíritu, sino simplemente un hombre.
§ Al sepulcro te harán descender (v.8) —Si se hubiese
tratado de un ángel, los ángeles son espíritus, por lo tanto no mueren; no
necesitan ser enterrados en sepulcros.
§ Tú, hombre eres, y no Dios, en la mano de tu matador (v.9) —No simplemente es un hombre, sino —además, alguien lo
mataría
§ De muerte de incircuncisos morirás por mano de extranjeros
(v.10) —Nuevamente
se menciona su condición humana, pero en un estado rebajado: incircunciso, es
decir, miserable para la mentalidad hebrea.
§ Por la abundancia de tu comercio, te llenaste de violencia, y pecaste
(v.16 – NVI) —Se describe a un hombre muy hábil en sus
transacciones comerciales con los demás reyes, por lo que llegó a ser muy
poderoso, económicamente hablando, razón que los descolocó en sus
sentimientos, llenándose de orgullo y codicia:
Era tan singular tu belleza que te volviste muy orgulloso.
¡Tu orgullo y tu hermosura te hicieron perder la cabeza!
Por eso te arrojé al suelo y en presencia de los reyes te
hice quedar en ridículo (v.17 – TLA)
Ahora bien, lo que distrae al
teólogo e intérprete bíblico es el lenguaje figurado empleado entre los
versículos 13 y 17, lo cual hace que no advierta claramente el verdadero
sentido de la profecía. La expresión: En Edén, en el huerto de Dios
estuviste, no significa que el personaje señalado haya estado en el huerto
del Edén literalmente, sino sencillamente se refiere a la posición esplendorosa
que éste disfrutó durante su vida. En primer lugar, pertenecía a un linaje
real, es decir, estuvo en la más alta posición en la que un ser humano podría
vivir. Huerto del Edén, en este contexto, es símbolo de abundancia y gloria,
como puede apreciarse también en el siguiente verso:
Ez. 36:35 “Y dirán: Esta tierra
que era asolada ha venido a ser como huerto del Edén; y estas ciudades que eran
desiertas y asoladas y arruinadas, están fortificadas y habitadas”.
Ezequiel recurre al lenguaje
figurado para describir características importantes del rey de Tiro, algo muy
usual en la profecía. Generalmente tales características estaban relacionadas
con la cultura, leyendas e, incluso, con la geografía del lugar citado por el
profeta.
Al igual que en la profecía de
Isaías 14, en donde pudimos observar muy claramente, la sentencia apunta en
primer lugar a la ciudad y luego a su rey, por lo tanto, podemos decir que la
profecía de Ezequiel 28 comienza en el capítulo 26, con la sentencia de la
caída de Tiro a manos del rey de Babilonia (v.7).
Es más que obvio que el oráculo va
dirigido a un rey quien era muy conocido por los reyes del antiguo oriente
y, además, por la estrecha relación que mantuvo por años con el pueblo de Dios,
en sus más importantes gobernantes: David y Salomón. Debe saber usted que fue
el rey de Tiro quien suministró gran parte de los materiales, como madera de
cedro y ciprés, además de mucho oro, para la construcción tanto de la casa de
David como finalmente para el templo
A continuación me gustaría que
leyera el pasaje de Ezequiel 28 en una versión diferente: Traducción en
Lenguaje Actualizado (TLA), y luego compárelo con la versión tradicional
Reina-Valera 60. Haciendo este ejercicio se puede concluir, más
categóricamente, que la profecía de Ezequiel 28 no tiene ninguna doble
referencia, sino únicamente la que estuvo en la mente del profeta en el
momento de pronunciarla.
Lamento por el rey de Tiro (Versión TLA)
11Dios también me dijo:
12Ezequiel, entona un canto fúnebre por el reyde Tiro. Dile de mi parte
lo siguiente:
Tú, rey de Tiro,eras perfecto en
todo;tu sabiduría y tu bellezano tenían comparación.
13Vivías en el
jardín de Edén,y te adornabas con piedras preciosas.
Tus joyas y tus aretesestaban
hechos de oro,y desde el día de tu nacimientoestuvieron a tu disposición.
14Un ángel te
protegía,mientras pisabas piedras de fuegoen el monte elegido por Dios.
15Desde el día en que nacistete habías portado bien,pero un día
mostraste tu maldad.
16En los muchos negocios que hacías,llegaste a ser muy violento.
Por eso te arrojé de mi montaña.
¡El ángel que te protegíate alejó
de las piedras de fuego!
17Era tan singular tu bellezaque te volviste muy orgulloso.
¡Tu orgullo y tu hermosurate
hicieron perder la cabeza!
Por eso te arrojé al sueloy en
presencia de los reyeste hice quedar en ridículo.
Finalmente, como un último aporte
para una mejor comprensión de este pasaje, podría decir que el rey de Tiro se
había enriquecido colosalmente a causa de sus astutas negociaciones
con los demás reyes de la tierra (v.16). Además, el rey de Tiro tenía grandes
intereses en Israel, pues poseía tierras que Salomón le habría regalado en
gratitud por todo los materiales y todo el oro que el rey de Tiro, Hiram, donó
para la construcción del templo y el palacio real en Jerusalén (1Re.9:10 y 11).
La expresión: «Yo te eché del santo monte de Dios» (v.16), significa: «te
expulsé de la tierra de mi pueblo», quienes están simbolizados, en este pasaje,
por las piedras de fuego. La estrecha relación que había entre Tiro e Israel se
acabó para siempre. El rey de Tiro dejó de ser el querubín protector de los
hebreos.