NUEVA ESPIRITUALIDAD Y EL PARADIGMA DE DOMINACIÓN
El Modelo de Dominación dentro del cual el mundo de hoy está inmerso, no consiste solamente en un imperativo económico, político, militar, o social, sino también y esencialmente, deviene de un modelo ideológico y cultural. Este modelo ideológico-cultural está montado en un paradigma, es decir, un sistema de creencias, valores y principios básicos del pensamiento que organizan, informan y conforman el modelo.
Este sistema raigal de pensamiento, al cual llamamos Paradigma de Dominación, en términos generales, es común a la mayoría de las culturas del planeta y pudiera describirse como un sistema que concibe el Poder como una fuerza coercitiva que se concentra en pocos sujetos, mientras se reduce o niega a otros. De allí una distribución inequitativa del Poder, que genera dominadores y dominados, opresores y oprimidos, poderosos y sumisos.
Históricamente, el Paradigma de Dominación se monta sobre la creencia o asunción en/de poderes absolutos omnímodos, a los cuales los demás deben someterse. Así, estos poderes son representados por las poderosas fuerzas de la naturaleza y posteriormente, son los dioses, o un solo dios, quien genera y concentra dichos poderes.
Los dioses, o el dios único, por tanto, devienen en el máximo poder dominador. Este máximo poder es ‘administrado’ por los sacerdotes, intérpretes, o ‘intermediarios’, de los cuales surgen sistemas legales, y diversas formas de organización social y política. En principio, son sistemas teocráticos absolutistas, luego pasan a ser instituciones religiosas, que no son sino instancias de Poder.
Desde el surgimiento y eficaz instalación de este paradigma en las civilizaciones más vigorosas del planeta, el modelo ha permanecido prácticamente inalterado. En este sentido, las religiones han constituido el más poderoso sistema de producción, reproducción, difusión y perpetuación de matrices de dominación, puesto que se basan en dioses, o en un Dios demandante, coercitivo y todopoderoso, capaz de infligir los más temibles castigos, ya sea en la tierra, como en el cielo.
Las religiones masivas contemporáneas, sobre todo las occidentales, han estructurado auténticas teologías de la dominación, a través de las cuales se han originado, ejecutado y justificado todo tipo de actos criminales, e injusticias masivas de todo tenor. Todo ello a pesar de los contenidos amorosos y compasivos de la mayoría de las doctrinas religiosas, y/o del carácter benéfico, altruista y solidario de muchas praxis y representantes . Ello es así porque el paradigma dominador ejerce una fuerza oculta y más potente, que sobrepasa en general la doctrina explícita. Es el fenómeno que denominamos Disociación Cultural Religiosa.
Comprender los nudos básicos de estas teologías permite entender los presupuestos básicos del modelo dominador: las jerarquías, la desigualdad, el exclusivismo y la exclusión, que se mantienen a través de la fuerza coercitiva, tanto fáctica como simbólica. Es decir, permite comprender una de las bases fundamentales del Paradigma de Dominación.
El desmontaje y crítica de tales teologías no implica la negación de la espiritualidad, e incluso, de la experiencia religiosa genuina. Por el contrario, amplía y profundiza las mismas. Pero ello no será posible sino a partir de un abandono de las creencias más arraigadas que propugnan la dominación, el temor y la opresión como substratos fundamentales, para ser sustituidas por concepciones que parecen ser novedosas, pero que realmente están en el núcleo de la espiritualidad ancestral de los pueblos.
Esto se propone a partir de los contenidos de la llamada Nueva Espiritualidad. Una espiritualidad emergente, en construcción, que intenta desactivar por completo los mecanismos y creencias coercitivas que sostienen la dominación, para constituirse a través de nuevas teologías de la liberación, en un nuevo Modelo Solidario, que puede nutrir y animar muy poderosa y profundamente, los movimientos alternativos de transformación en el mundo.
Los resultados e implicaciones progresistas que tales visiones proponen son muy diversas y profundas, tanto en lo individual y colectivo: la moral, la ética, las relaciones sociales, los valores, la ciencia, la política, la economía y muchos otros ámbitos.
Pero en principio, las posibles consecuencias más relevantes surgen a partir de paulatinos procesos de liberación:
- Liberación individual y colectiva de la influencia y/o poder de las instituciones religiosas dominantes.
- Liberación de la autoridad e influencia de los representantes individuales, grupales y transnacionales de poder religioso.
- Y sobre todo, liberación de las creencias y en fin, de la base paradigmática del Modelo Dominador.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
· Walsch, Neale Donald. Conversaciones con Dios 1, 2, 3.
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· Boff, Leonardo. La Dignidad de la Tierra.
Ed. Trotta. España. 2000.
· Sheldrake, Rupert y Fox, Matthew. Ciencia y Espiritualidad.
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· Butterworth, Eric. Descubre tu Poder Interno.
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· Solomon, Robert. Espiritualidad para escépticos.
Ed. Paidós, España, 2003
· Rodríguez, Pepe. Mentiras fundamentales de la Iglesia Católica.
Ed. B, Barcelona, 1998 .
ARTÍCULOS:
- La espiritualidad de la revolución bolivariana.
http://www.aporrea.org/ideologia/a24431.html
- La base espiritual revolucionaria
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=33237
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